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Josep Busquets siempre mantuvo una estrecha relación con la Ciudad de Valls, desde sus inicios como escultor y artista. Es por esta vinculación, que se le nombra el escultor de Valls. Relación originada por nacimiento y formación.

Ha sido también el lugar preferente en los sentimientos y las acciones del escultor a lo largo de su vida. Valls se convierte en refugio activo donde proyectar y producir su obra. Desde un primer momento la Ciudad le encargó la obra más importante de la post-guerra: la reconstrucción del retablo del altar mayor de la Iglésia de Sant Joan. Desde entonces, la ciudad se enriquece de su obra. Es un claro ejemplo de eso, el monolito de los Xiquets de Valls, el más representativo y obra monumental, la escultura a Narcís Oller y un largo etcétera.

Dos de los rasgos que más definen a Busquets son la tertulia con los amigos artistas y su relación con Valls con la peña de la Olla. También tiene una estrecha relación con Joan Sanromà  y Joan Serafini que lo ayudaron en el Retablo de Sant Joan.

Esta vinculación también marca parte de su obra donde hay una vasta y sólida producción pensada para Valls  marcada por el talante singular de las tradiciones vallenses. La Ciudad de Valls es una permanente exposición de la obra del escultor.

Forma parte del grupo de artistas de Valls, con  quien expone diversas veces en Tarragona. Estos amigos y artistas vallenses como miembros de la Peña de la Olla han sido dinamizadores de la vida artística y festiva de la ciudad.